jueves, 28 de abril de 2011

Ni tan infantiles

Para mí que los hermanos Grimm tenían su problema. Su legado dista mucho de ser material apto para niños, en mi opinión.

Empecemos porque ellos son de Alemania, nación que no es conocida por su ternura -aunque tengo un muy buen amigo alemán que es más amoroso con su hijo que Pucca con Garu-. Entre los cuentos más famosos de los oriundos de Hesse -o sea jesenses- están Blancanieves, Hansel y Gretel y Rapunzel, llevada hace poco al cine por Walt Disney bajo el título de "Enredados" (Tangled).

Algo que no es muy conocido es que los hermanos Grimm alegaron largamente que sus cuentos no son para niños. Toda la razón. No sé de dónde vendría entonces la disparatada idea de que un niño se puede ir a dormir tras escuchar que a la bruja malvada la obligaron "a bailar con unas zapatillas de hierro ardiente hasta caer muerta". 

Francamente tenemos un serio problema con los cuentos que tradicionalmente se les cuenta a los niños, mi generación incluida. Imagínense a un niño en la cama gritar "papi, papiiiiii ¿me cuentas de nuevo cómo es que sacaron a Caperucita y a la abuelita de la panza del lobo?". Y el papá responde amorosamente "Claro mijo. El valiente leñador le abrió la barriga en dos con precisión quirúrgica, sacó a las dos ternuritas, y luego lo llenó de rocas y lo echó al lago". Ese leñador debió ser también cirujano, y no cualquier cirujano sino de los más sádicos. Cirujano con hacha. El pobre lobito estaba vivo durante todo el proceso. Es que ni anestesia le dieron. Desgraciados.

Muchos de los de mi generación quedamos traumatizados. Yo por muchos años dejé de comer manzana por miedo a que me saliera envenenada. Al menos en un mamoncillo no cabe tanto racumín.

Fuente: http://bit.ly/j2TGru
No debo ser el único que cuando sale la gente de un transmilenio se siente como Simba en medio de la estampida. Si no grito es porque mi siquiatra me dio unas pastillas buenísimas para eso. Más de uno de ustedes se debe despertar en medio de la noche gritando porque soñó que lo atacan 7 enanos asesinos. Morir a punta de pica debe ser una vaina muy dolorosa. ¿Y qué me dicen de la historia de Bambi? En mis pesadillas infantiles yo le gritaba a la señora venada que de por Dios le huyera a los cazadores. Y muertes así hay muchas, como la de Mufasa, o la de la mamá de Nemo. Las mamás son grandes damnificadas en estas historias, como la de Jose Miel, vaya uno a saber qué le pasó. Yo me pregunto ¿por qué no un primo o un socio de negocios? ¡No! Tenía que ser la mamá. ¡La madre!

Y ni hablar de las madrastras. Pobrecillas. ¿Ellas qué culpa tienen de enamorarse de un hombre con hijos? Pero tenían que llegar los autores estos a dañarles la reputación. En el colegio la palabra "madrastra" ya me hacía sentir un sudor frío en la espalda. Recuerdo que Martínez tenía madrastra y yo siempre esperaba que un día no fuera al colegio para gritar "¡FUE LA MADRASTRAAAA! ¡LO ENCERRÓ EN UNA JAULA PARA COMÉRSELO EN INVIERNOOOO!". No podía estar más alejado del mundo real: en Colombia no tenemos estaciones. Pobre señora Martínez, ella no tenía la culpa de que yo le huyera en las reuniones de padres. Por ahí alguien me dijo "¿Y las abuelastras?". Carajo, eso es otro nivel. Mi inocencia no me había permitido pensar tan allá. Pobrecitas. ¿O qué tal una suegra-madrastra?. Debe ser como la fusión de Gokú con Vegeta, pero más macabra. ¿Se imaginan? Ni Hitchcock se atrevió a tocar el tema, paz en su tumba.

Para mí los cuentos infantiles de ese calibre son los causantes de tanto problema mental. El sadismo está presente en cuanta historia miremos. De ahí sacan las ideas los asesinos seriales (¿un lobo relleno de rocas? ¿zapatillas de hierro al rojo vivo? ¿manzanas envenenadas?). Poco falta para que saquen a la venta hachas de lujo marca ACME, edición Grimm con mango anti deslizante. "Para rebanarte mejor". Tengo problemas para conciliar el sueño. Duro varias horas inventándome cosas para no ir a la cama. Es que me da pavor que me despierte un príncipe azul a punta de besos.

sábado, 23 de abril de 2011

¿Cómo llegó ahí ese animal?

Esto me llegó vía correo electrónico gracias a Cristina Sarria, y me pareció muy divertido. Como para compartirlo con ustedes. Es inexplicable lo que logran estos animales.

¿Cómo llegó ahí ese animal?










viernes, 15 de abril de 2011

Allá también están locas

La primera vez que vine a Argentina, mi amiga Leslie me advirtió que acá las mujeres son cosa seria. Aquí no es como en Colombia que hay que ir despacito, que la miradita, que la invitada a bailar y empezar a preguntar cosas, como para hacer inteligencia. A la segunda vez que bailas con ella ya puedes considerar que vas ganando puntos y puedes empezar a pensar en que si le pides el número de teléfono te va a dar el que es y no el de alguna panadería del barrio 20 de Julio. En Colombia las cosas son a otro ritmo. Casi casi que toca conocer primero a los papás y obtener la bendición de la abuelita para poder avanzar alguito con la susodicha.

En Argentina no. O por lo menos eso fue lo que a mí me dijeron . Y seguramente es así porque yo no supe cómo es la cosa, o qué tipo de señales hay que saber leer. Para no sentirme tan mal culpo a la diferencia de lenguajes culturales y que fue por eso que no supe interpretar lo que me querían decir. Esta vez vine a Argentina decidido a intentarlo todo. A dejarlo todo en la cancha, dar el 110 por ciento y hacerle caso a la estrategia del profe, a ver si por "ay" se nos dan las cosas. Vine a sudar hasta la última gota.

Empecemos porque acá la rumba empieza mucho más tarde. Es perfectamente normal llegar a un bar -boliche, según creo que les dicen- a las 2 am. Cuando llegamos sólo había niñas. Diría mujeres, pero en serio eran niñas. Yo creo que no pasaban los 20 años. Eso podía ser muy bueno o muy malo: por ser pocos hombres hay más probabilidades de lograr avances, pero por otro lado llega un momento en que ya no te interesa enredarte con mujeres muy jóvenes.

Yo venía con la experiencia y advertencias de un par de amigos que me aseguraron que las argentinas se conquistan en tres pasos: 1. Mirada, 2. Beso, 3. Cama. Y entre esos tres pasos no debe pasar mucho tiempo, es decir 5 minutos entre el 1. y el 2. y unas dos horas para el último. Perdónenme pero ese es otro nivel para mí; no sé si es que yo soy muy pendejo, muy chapado a la antigua, o muy colombiano, pero yo todavía no concibo que darle un beso y llevarse a la cama a alguien sea tan fácil como esos tres pasos.

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Encontrábame yo bailando con mi amiga @yadiroma, alguno de los muchos reguetones que sonaron -hasta hace un par de años el reguetón era un género poco conocido por acá, pero ya ven, hasta Argentina llegó el perreo, mami, el perreo-. Bueno, supongo que por el hecho de ser latinos, bailamos diferente, y que por eso poco a poco se fue acercando un grupo de estas jóvenes nativas, di tú unas ocho. Las miraditas fueron y vinieron. Empezaron a bailar con nosotros, festejando el comienzo de cada canción. Como en Colombia.

Las niñas estas siguieron coqueteando de manera casi descarada, hasta que sin ninguna razón aparente se fueron. Todas. Las ocho salieron instantáneamente. No sé si tengan un chip y alguien les oprimió un botón. O si la líder del grupo se rascó la axila derecha, seña que en porteño significa "nos largamos de aquí, chicas". El caso es que yo no entendí un carajo. Afortunadamente yo no estaba bailando sólo y pude disimular abrazando a @yadiroma y gritando "EH, EH, EH". Como en Colombia.

Tras ese imprevisto, decidí alejarme de mi grupo. Y de nuevo empecé a bailar sólo, en la mitad del bar. La misma rutina se repitió. Un grupo de niñas poco a poco se empezó a acercar. Y recalco lo de "niñas". Varias me coqueteaban, particularmente una; se me acercaban de manera amenazante. Claro, yo me dije "aquí fue": si una niña te mira, te hace ojitos y te sonríe, ya estás del otro lado. Como en la patria.

Algunas de las integrantes de la manada tenían blackberry y estaban chateando. Incluso alcancé a ver que la niña que más me coqueteaba -que ahora llamaremos Flori- estaba respondiendo en su celular a una propuesta de alguna amiga que decía "DALE BOOOCAAAAA". Bueno, es probable que las niñas fueran hinchas furibundas del equipo Xeneixe y se estuvieran lanzando porras en medio de la rumba. Sé que los argentinos son muy amantes del fútbol. Menos mal no les dije que soy del América o sino me habrían humillado inmisericordemente. Así son los boquenses. Sin embargo era probable que no estuvieran hablando de "Dale Bocaaaa, Dale campeóoooon", sino de mí. Al menos eso pensé esa noche, como buen colombiano convencido.

Cuando alias Flori se me acercó descaradamente y me bailó poniéndome… bueno, digamos que ya no pasaba la luz entre nosotros… pues ¿qué hice yo? pues puse mi mano en su cintura y empecé a bailar con ella. Como en la tierrita. Acto seguido, Flori se dio la vuelta y me empujó amenazante, como retándome a seguir -así son los buenos tangos-. Yo sólo opté por levantar mis manos y decirle "ya tranquila, no pasa nada. Fresca", y seguí bailando en mi mundo. A los pocos minutos Flori se me acerca de nuevo y me empujó con más fuerza. Ahí ya no entendí. Esta vieja está muy loca, pensé. Levanté de nuevo mis brazos en señal de paz; incluso un muchachito argentino empezó a gritarle "HEEEEEY. HEEEEEY", como diciéndole "no jodas, aquí no pasa nada". Cuando le pregunté al mancito qué pasaba me dijo "¿y qué sé sho? Y así son todas, ¿viste? Están loooocas".

Eso me tranquilizó y seguí en lo mío, inocente y desprevenido. Pero de la nada se acercó Flori y me lanzó una bofetada. Habría sido muy sencillo esquivarla, bloquearla o regresársela con gancho al hígado -que de algo sirvan las clases de Kung Fu por correspondencia, que tomé antes de entrar a la universidad- pero estaba tan extrañado y sorprendido por el comportamiento de la niña aquella, que sólo me dejé pegar. La miré extrañadísimo y le dije con el acento más colombiano que pude "yaaa, cálmate. En serio fresca", y me fui antes de que le diera por abalanzarse a golpearme. O de pronto a besarme, violarme y luego fumar, como en los buenos tangos. Y no me dio miedo por lo loca que podría estar ella sino porque no me gusta ser fumador pasivo. Odio que la ropa me quede oliendo a chicote y soy muy estricto con eso.

Me regresé al lugar donde estaba originalmente y allí estaban las mismas niñas del principio. La manada de ocho. Bailé con ellas, me pidieron chicles y les compartí. Como yo era el único hombre del grupo, fui feliz. Estaba a punto de bailarles el trencito o el meneíto y convenciéndolas de que eso es lo último en las fiestas reguetoneras por el caribe -para conquistarlas- sólo que justo en ese momento llegó @sebasjuantian a decirme que ya nos íbamos. No pude convencer a ninguna. Culpa de Sebastián, por supuesto.

Nunca entendí lo que pasó con Flori y nuestro prometedor amor fugaz. Me fui cabizbajo y pensativo, pasé varias noches sin dormir, hasta que supe que en Argentina una mujer "fresca" es una mujer fácil.

lunes, 4 de abril de 2011

U2 360 Tour



Es definitivamente uno de los espectáculos más emotivos del planeta. El carisma de Bono y el misticismo que generan junto a The Edge son indescriptibles. Basta con que caminen a lo largo del anillo exterior de The Claw (La Garra) - como es llamado el escenario de la gira U2 360 Tour- para que los asistentes enloquezcan.


Cerca de 60 mil personas corearon una a una las canciones de la banda irlandesa. Para los fans el concierto fue sencillamente espectacular y superó sus expectativas. U2 cantó lo mejor de su repertorio, como "One", "With or Without you", "In a Little While" y "Mysterious Ways". El montaje es muy bueno, aprovechando  el concepto de 360º los cuatro integrantes de la banda están constantemente girando hacia todo el público. No hay ningún lugar del estadio desde el que no se pueda disfrutar del espectáculo.

En la noche hubo varias sorpresas, como la interpretación de "Stuck in a moment", que no estaba incluida en el setlist original. En "I go crazy if I don't go crazy tonight", todos recorrieron los 360 grados del escenario acercándose al público, incluyendo al baterista Larry Mullen Jr, que salió con tambores animando a la gente.

Por supuesto Bono aprovechó varios momentos del concierto para hablar sobre la paz mundial, agradeciendo por la liberación de Aung San Suu Kyi, opositora del gobierno birmano, y que estuvo 20 años privada de la libertad. 

Otro de los grandes momentos fue antes del primer encore. A través de las pantallas se envió un mensaje de paz y unión, en el que se motiva a las personas a actuar como una sola, momento en el que empieza la melodía de "One" mientras el público sigue conmovido. En medio del show Bono invitó a una de las asistentes y le pidió que lo acompañara a interpretar "Gracias a la vida", para envidia del resto de mujeres en el estadio, y que sirvió como introducción para "Beautiful Day".

No fue extraño encontrarse a la banda desayunando en las terrazas de Buenos Aires Design o cualquiera de las calles porteñas, y aprovechar para pedirles autógrafos y fotos. Bono aseguró estar tan contento en Buenos Aires, que dijo en español cosas como que Adam Clayton había probado los "bombones argentinos", y que "U2 no se va".

El sonido y el video fueron incomparables, desde el comienzo de Muse, banda que abre todos los conciertos en su gira por latinoamérica. Los tres conciertos en Argentina se hicieron en el Estadio Único de La Plata, inaugurado un mes atrás. Tanto el estadio como el sonido, la logística, y la producción general, hacen de éste uno de los mejores espectáculos del mundo. Uno de esos que hay que ver.

Buenos Aires, Argentina
Abril 03, 2011



Video por @sebasjuantian


Ellos ya siguen a la marmota

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