martes, 27 de julio de 2010

No me crean tan pendejo

El pasado viernes 23 de Julio de 2010 la alcaldía de Bogotá lanzó con bombos y platillos una campaña para prevenir el hurto a personas -o atracos callejeros- por dar papaya, tal cual dice el periódico El Tiempo

Para los lectores no-colombianos, dar papaya es algo como servir en bandeja de plata la oportunidad para que un tercero se aproveche: "nos hicieron el gol porque dimos papaya". Es tan común esta práctica -y me da pena decirlo- que en Colombia se dice que el decimo-primer mandamiento es "No dar papaya". Y para citar una última frase popular: Si me dan papaya, me la como. La típica cultura del atajo y el aprovechamiento.

Según un estudio, de cada 100 atracos en Bogotá 28 son por descuido de las víctimas. Yo leí la noticia ese viernes mismo y me dije "huy sí, es que a veces uno da mucha papaya". Lo digo porque muchas de las veces en que he escuchado de atracos es porque la víctima va descuidada por ahí y el ladrón aprovecha la oportunidad para hacer de las suyas. Y claro, el estudio es cierto, esas cosas pasan. Pero la vaina es que uno como que se va acostumbrando a eso. Como que ya es normal que lo atraquen. Y no debería serlo. Ahora... si 28 son porque uno no previene... ¿qué pasa con los otros 72?

Fue gracias a una compañera, Johana Daza, quien está viviendo en Bogotá desde hace algo más de dos años, que me dijo con total razón: Entonces... ¿si me atracan es mi culpa? Estamos de acuerdo en que si yo salgo a media noche y camino por la carrera 10 con calle 19 hablando por celular, lo más probable es que me atraquen, pero según el estudio estos atracos no son propios de zonas "rojas", sino que se presentan en toda la ciudad. No sé si han notado cómo cada vez es más frecuente escuchar sobre atracos y paseos millonarios en los taxis. A cada rato uno escucha que "al amigo de un primo" le vaciaron las tarjetas de crédito, o que a Sutanito lo dejaron viringo en la calle un par de atracadores. En los periódicos se lee cada nada narraciones de situaciones de estas. Como decía antes: como que uno se va acostumbrando a que lo atraquen.

Sin ir más lejos, hoy mismo una mujer llamó a la emisora radial La W como a las 10 de la mañana y lo primero que dijo fue "Julito -no me cuelgue- ¡¡me acaban de atracar!!" y procedió a narrar cómo iba caminando por la 116 con avenida Boyacá cuando la robaron. ¡A plena luz del día! Dijo también que no se fue en taxi porque un par de días antes una amiga le contó cómo le hicieron el paseo millonario. ¿Entonces? ¿Cuál es la opción? ¿Cómo hace uno para no dar papaya? ¿Se tele-transporta? Seguramente nuestro adorado alcalde espera que activemos la invisibilidad -diferente a la imbecilidad, que es de lo que padece el señor Samuel Moreno- y demos brinquitos por los bosques citadinos mientras los pajaritos nos cantan y los árboles bailan. Carajo, es que ni Walt Disney era tan ingenuo. ¡Qué oso!

La solución no debería estar del lado de las víctimas sino de los victimarios. Ponerle seguridad a esta ciudad, atrapar y judicializar a estos criminales. Pero en vez de eso el ilustre burgomaestre, tras de que no ha hecho un carajo por esta ciudad -incluyendo la seguridad- ahora viene a decirnos con semejante desfachatez que si me atracan... es mi culpa.

El colmo, ahora salimos fue a deber. Como siempre, el figurín que tenemos dirigiendo la ciudad (¿para dónde? no sé y les aseguro que él tampoco) suelta soluciones que tan sólo son pañitos de agua tibia: "Queridos conciudadanos: si no quieren que los atraquen, sencillo: no salgan a las calles". UUUUUUUUUFFFFFFFFFFFFFF. Premio nobel a la astucia. ¡¡Es que este man es un sagaz!! Se gastaron un montón de plata en un estudio que dice que para evitar los atracos no hay que dar papaya. Si. Y el agua moja, señor alcalde. No me crean tan pendejo.

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Actualización del 27 de febrero de 2013.

El ahora alcalde Gustavo Petro vuelve y afirma la misma burrada (ver acá la nota). ¿Qué clase de alcaldes escogemos? ¿Entonces mejor no compro carro porque de pronto me lo roban? ¿No compro tenis porque un atracador me chuza? ¡YA SÉ! No usemos los celulares en la calle. Van a servir para lo mismo que un teléfono fijo, pero al menos no me lo roban.

Bonitas soluciones, señor alcalde.

domingo, 18 de julio de 2010

Empeñando mi Xbox360

Este post se lo robé a mi amigo @EddisonMoreno, quien está arrancando con su blog. Si sigue escribiendo así le auguro mucho éxito. 

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Lunes 12 de Julio 4 de la tarde.

Voy caminando por la avenida Caracas a la altura de la calle 63. Con cada paso la maleta donde va el XBOX 360 de mi hijo pesa más y más. No puedo dejar de pensar que hoy cuando llegue del colegio mirará el mueble del televisor y verá que algo hace falta. Aunque no tiene más de 8 años sé que no va a llorar, no va a haber pataleta, algo muy adentro de él le recordará: Carritos formula uno o zapatos tenis para ir al colegio - Matar extraterrestres o tener un paquete de papas y una manzana en la lonchera.

Llego a la primera casa de empeño, me aproximo al mostrador y en uno de los vidrios me reflejo. Prefiero mirar hacia otro lado.

Saco el Xbox de mi maleta y le digo al hombre del mostrador -“ Buenas tardes amigo, quería saber cuánto me puede prestar sobre este Xbox 360?". Con aire despectivo el gordo lleno de cadenas y diente de oro incrustado me dice - "déjelo ver". Toma el Xbox de mi hijo y dice -"está viejo... esto ya no sirve".

Guardo nuevamente el Xbox, doy las gracias (no sé de qué, debe ser simple cortesía) y salgo. La tarde está muy gris y las primeras gotas comienzan a caer. (No puedo borrar de mi mente la cara de mi hijo la navidad pasada cuando descubrió que por fin tenía el regalo que siempre quiso).

Entro a la siguiente casa de empeño. Una señorita de unos 25 años me recibe con una sonrisa de oreja a oreja y pregunta - "¿Que se te ofrece, en que te puedo ayudar?", yo le digo que necesito dinero y que tengo un Xbox 360. Cualquiera que no entienda español podría haber pensado que le dije alguna grosería porque su expresión cambio y solo se limito a decir "acá no le prestamos a eso, de pronto al lado".

Salgo una vez más y el proceso se repite. Empleados repletos de cadenas, camisas de paramecios abiertas hasta el ombligo, barrigas, carcajadas, escotes mal llevados, perfume barato y sobre todo, esa mirada despectiva.

Después de preguntar en más de 15 casas de empeño ya me estoy dando por vencido. Sé que mi mujer me está esperando para poder hacer la comida. Sé que mañana nuevamente Pipe me dirá ¿hoy tampoco hay onces papi? Sé que mañana tendré nuevamente que caminar muchas cuadras para poder dejar una hoja de vida en el escritorio de un empleado que me dirá "No se preocupe, cualquier cosa nosotros lo llamamos", sé que no van a llamar y sé que nunca pensé que mi vida iba a ser así.

Se me arma un nudo en la garganta y entró a la última prendería del sector. Con mi sonrisa más humilde y con los ojos rojos me acerca al dependiente y le expongo una vez más mi caso. Después de mirar el Xbox me dice..."Pues esta viejo, ¿cuánto quiere?”. Algo en mi interior se enciende (Es el primero que me plantea negocio).

Mi cabeza comienza a volar. Por lo menos durante una semana podremos comer bien, Pipe tendrá lonchera y tenis nuevos y yo podré pensar en tal vez devolverme en bus a la casa. Sinceramente le digo - "Amigo, hace unos años me costó casi un millón de pesos, está en perfectas condiciones y se lo entrego con todos los cables y un control, si quiere lo probamos, solo necesito la mitad: cuatrocientos cincuenta mil pesos" (Pienso para mí – es una ganga, no puede dejar pasar esta oferta).

El empleado no dice ni sí ni no, solo me lo devuelve como si estuviera cogiendo basura en sus manos (la llama que había en mi se comienza a apagar). Le digo: -“Cuanto me da por él?” después de un rato dice: - "Si sirve y lee discos piratas le doy 170.000".

170.000!!! Con eso a duras penas podré pagar la deuda de la tienda y ni siquiera me alcanzaría para los tenis. Se me sube la rabia a la cabeza y estoy a punto de gritarle al dependiente que estoy cansado de los tipos como él!!!! Que yo sé perfectamente que ellos compran por la mitad y venden por el doble!!!. Que esto es un robo!!! Lo miro fijamente a los ojos y le digo: "Bueno, probémoslo a ver"

Ya llevo más de una hora dando vueltas, estoy cansado, tengo hambre, solo quiero llegar a mi casa a estar con mi mujer y mi hijo.

El tipo conecta el Xbox a su televisor y cuando lo va a prender salen 3 luces rojas y un mensaje de error. ¡Me quiero morir! Yo había escuchado que eso le pasa a los Xbox cuando se dañan. El tipo se limita a decir "No sirve" y me mira como si yo lo hubiera querido robar. Me desmorono, la voz me tiembla, solo me limito a decir, "amigo, revise que esté bien conectado por detrás". El tipo mueve el cable y ya se ve imagen. Puedo suspirar, el tipo ni siquiera se disculpa.

Mete un juego y aparece un mensaje de error. El tipo me pregunta "¿No lee copias piratas?, así no le doy ni cien mil pesos”. Me descompongo, invento cualquier cantidad de excusas para explicarle que nunca quise "chuzarlo" porque no quiero que mi hijo sea ilegal. El tipo se ríe y entre dientes murmura "¡que güevón!". Saca otro disco que parece original, lo mete en el Xbox y gracias al cielo comienza a correr el juego. (Nuevamente hay una llama de esperanza en mí)

De pronto un cuadrado negro en toda la mitad de la pantalla no deja ver las imágenes. El tipo mueve el control y el cuadro no desaparece. Nuevamente dice "¡No sirve, está dañado!". Yo le aseguro que hasta hace unas horas funcionaba perfecto que intente de nuevo.

“Ya no quiero este aparato”… (comienza a desconectarlo).

Me quedo sin palabras... es mi última oportunidad, solo atino a decirle: - “Es su Televisor el que está molestando” El tipo me recrimina alegando que todas sus cosas son buenas, que el que está trayendo cosas dañadas soy yo. Paso saliva y solo le puedo decir – “por favor cambie de canal y vuelva a sintonizar el Xbox”. No sé por qué razón el tipo me hace caso y gracias al cielo el cuadro negro también aparece en un canal nacional. El tipo le da un golpe al TV y la imagen se ve otra vez bien. Cambia nuevamente el canal y se pone a jugar.

Los minutos pasan y las gotas cada vez se hacen más fuertes. Ya casi son las 5 y Pipe debe estar por llegar a la casa. Esperaba que cuando llegara del colegio yo lo pudiera recibir con un yogur y un chocorramo, así la pérdida de su Xbox sería menos dolorosa. El es un hombrecito, en 6 meses la vida nos cambió mucho, perdí el trabajo, nos tocó cambiar de casa, las salidas de los fines de semana se terminaron, tuvo que irse a otro colegio. Nunca fuimos ricos, pero por lo menos podía tener un Xbox 360 para navidad.

Pasan los minutos y el tipo sigue jugando. Me pregunto si se ha dado cuenta que yo todavía estoy al otro lado del mostrador.

Después de 20 minutos parece que se está aburriendo del juego. Creo que por fin voy a recibir el dinero. Sin embargo, saca el disco y lo vuelve a meter empujando la bandeja con su mano. Juega otros 10 minutos. No me atrevo a decirle nada porque tengo miedo de que se arrepienta.

El tipo me dice "¿Como le parece lo del pulpo del mundial?" En mi cabeza lo insulto, le digo la clase de ladrón que es, rompo a llorar, le grito que deje de jugar y que me de la plata que mi hijo ya debe estar en la casa". Solo puedo decir: -"increíble, ¿no?".

El tipo de mala gana apaga el Xbox y me bota 4 billetes sobre el mostrador, uno de ellos está en mal estado, manchado de grasa. Yo los tomo y le doy las gracias. El tipo asiente con su cabeza. Yo le digo, "por favor no me lo venda, es el Xbox de mi hijo y espero poder recuperarlo en pocas semanas".

El tipo se ríe con más ganas que nunca y dice: -"vamos a ver si esta de buenas, pregúntele al pulpo" y mientras se sigue riendo pone el Xbox en el aparador junto con otros cachivaches y un letrero grande que dice "Se vende".

Doy las gracias, le extiendo la mano y me voy. Mi maleta ya no pesa pero hay algo en mi conciencia que no me deja caminar bien.

Cruzo la calle y volteo a mirar esperando que el tipo de la casa de empeño no se hubiera arrepentido y venga a buscarme. Apresuro el paso. Estoy trotando. Agarro bien mi maleta y comienzo a correr. No quiero mirar atrás. Una sonrisa se dibuja en mi rostro. Corro y corro por las calles....

Ya estoy a una cuadra del parqueadero donde deje mi carro. Todavía estoy nervioso pero no puedo parar de reír. Siento un rezago de tristeza dentro de mí por el papelón que acabo de interpretar (creo que me lo tomé muy a pecho). “¡Pipe!”, buen nombre el que se me ocurrió para mi hijo ficticio. Entro al parqueadero, pago rápidamente y corro hacia el carro. Me siento, boto la maleta en la silla de atrás y grito lo más fuerte que puedo "TOMALOOOOOOOOOO!!!!!!” y me echo a reír. (Por fin me puedo desahogar).

Doy gracias porque todo fue una mentira para poder deshacerme de mi Xbox dañado. Doy gracias porque el Xbox funcionó perfecto durante la media hora que el tipejo estuvo jugando y sobre todo doy gracias porque el papel que tuve que representar durante más de una hora está muy lejos de mi realidad. Prendo el carro, pongo música a todo volumen y me voy.

Voy feliz, para mis adentros pienso que hice algo de justicia social. Sin embargo ese saborcito de tristeza todavía está en mi boca. Porque sé que para muchos “Pipe” está esperando en la casa, preguntándose donde estará su Xbox.

Ahora sí un GPS de verdad

Mi amigo Eddison Moreno me pasó hace unos días una applicación llamada Waze. Un GPS buenísimo, porque es actualizada por los mismos usuarios, osea yo, osea él, osea ustedes. Uno de los inconvenientes con los GPS tradicionales es que si no tienen los mapas completos, pues jodidos. Con Nokia Maps yo llego hasta la 140 y de ahí no tengo idea cómo llegar a mi casa. Suerte que puedo llamar a mi mamá y ella me guía pacientemente desde donde esté: "Sí papito, siga por la autopista y métase a la paralela. Sí, suba por la 147. Suba. SUBA!! Ah! Se pasó otra vez este pendejo". Y así. Para ir a la oficina llamo a mi jefe. Créanme, es muy molesto.

Pero con esta vaina de Waze pues ya solucionado el problema. Si por alguna razón el mapa no existe, pues se va actualizando a medida que uno avanza. Solito. Y ahora lo más tramador para mí. Si hay un trancón -tráfico pesado- el bicho este automáticamente lo reporta, así que el que venga atrás mío no va a irse por ahí, o el GPS le calcula una ruta más rápida. Si hay un accidente, uno puede tomarle una foto y subirla, para que los demás puedan verla. Anoche reporté un retén de la policía y todo. Muy bacano.

Ahora sí se le viene la prueba de fuego al GPS. Bogotá. El terror de los GPS. He visto varios GPS borrachos ahogando sus penas: "Maldita sea, a mí sí me advirtieron que no me apareciera por Bogotá. ¿Cómo carajos le calcula uno la ruta más rápida si en todas hay trancones? ¿COOOOMOOO?". Muajaja. Probaremos, probaremos. Pero para que esta vaina sirva, tenemos que ser muchos los usuarios. Les dejo la inquietud. Y me cuentan. Vean el video de lo que hace, por si les interesa. Chau.

martes, 13 de julio de 2010

¡Ay hombe! *

Recientemente se conoció una noticia que afirma que en Israel una pareja fue arrestada porque emitían gritos mientras tenían relaciones sexuales. Cuenta la agencia EFE que los hechos ocurrieron a altas horas de la madrugada al sur de Tel Aviv. - aprovecho para preguntar: ¿cuáles son las bajas horas de la madrugada? Si alguien sabe le agradezco el dato- "Los vecinos de un inmueble comenzaron a escuchar alaridos que no cesaban y llamaron a las fuerzas del orden."

Según dice la noticia, la mujer denunció que los policías llegaron con actitud agresiva y ella respondió con algo como "¿y es que ustedes no gimen?". Si a mí me preguntan, estoy de acuerdo con la vieja. Yo creo que si yo estoy en el furor de la batalla, en pleno ajetreo, lo que menos voy a querer es que llegue un par de policías a preguntar si todo está en orden. "No, señor agente, todo está en desorden: por aquí anda mi corbata, más allá veo el brasier y, con suerte, encontraremos los cucos más tarde". Por favor. No falta el vecino/a mala-leche que no resiste que alguien SI tenga sexo. Eso se llama pura y física envidia. Bueno, si la cosa se repite noche tras noche y por más de una hora cada vez, pues llamo. Pero no a la policía, sino a los Guiness Records o al menos a RCN para que las pasen en las notas light del medio día. Esa vaina es de héroes y merece ser reseñada.

Si usted, querido lector, es un practicante del sexo le sugiero algunas estrategias para no ser víctima de la envidia de sus vecinos: En vez de gemir, cante. Claro, claro. Si uno canta en la ducha pues perfectamente puede cantar en la cama. Y en el comedor, la sala, la lavadora, o donde quiera que lo coja el calor. Y si se pregunta “y bueno, ¿qué belcebúes voy a cantar yo?” es sólo cuestión de ser creativos y aprovechar el momento. Si son entre las 9 y las 10 de la noche, le sugiero cantar una canción de cuna. Si ya son más de las 11 de la noche, el público es más adulto y exigente; yo optaría por una de coldplay medio suavecita. No triste para no deprimir a nadie, pero sí suave. O si usted es mujer, por ahí anda bien Norah Jones o Joss Stone. O si alguno es un poeta wannabe, Arjona. No se trata de cantar bien, sólo de darle gusto al vecino. Si usted es de esos amantes sufridos cuya pareja no responde como debería, perfectamente encaja un Aleluyaso (“AAAAAAAAAALELUYA! AAAAAAAAAALELUYA!!”), "O sole miiiooo" y así. Entre gustos no hay disgustos. A alguno le pueden gustar los Corraleros de Majagual, Pastor López o Farina. 

Bueno, también está el tema de la mala voz. Si cree que no tiene una voz adecuada para la cantada, pues use pista. Yo no soy propiamente un barítono y los do de pecho me salen como de estómago, entonces aprovecho las herramientas. Ya no es un solo o un dúo sino un karaoke. Y no me vengan ahorita con que no tienen micrófono. ¿A verrrrrrrrrrr? 


Si lo piensan bien, el tema da para largo. Ya el juego de rol deja de ser tan obvio como que ella se vista de enfermera y él… bueno, él siempre ha sido un enfermo. Ya usted no tiene que ser el jefe y darle el dictado a su secretaria. Ahora ya ella puede vestirse de tigresa del oriente, por ejemplo. Para las lobas, buena es Shakira. Si alguna tiene boca grande ahí están Mick Jagger o Steven Tyler. Si lo aplicamos, cuando llegue la policía  le podemos decir que mañana tenemos una opereta en la empresa y que uno es el tenor.  En el mundial habría sido buenísimo esconder los gemidos con un sonoro GOOOOOOOOOOOOOOLLLLLL.

Yo, les suelto el dato, aprovecharé que se viene el bicentenario y ensayaré el himno nacional: “Oh Gloria inmarcesible, oh júbilo inmortal”. Bueno, siempre y cuando Gloria se anime. Chau.

*"¡Ay hombe!" es un grito típico del vallenato, ritmo autóctono de la costa norte colombiana.

Ellos ya siguen a la marmota

Marmotazos populares